En el siglo XVIII, por su dinamismo artístico y cultural, París se convirtió en la capital de Europa occidental. Es habitual recordar que en esa época, desde San Petersburgo, Estocolmo o Berlín hasta Madrid, toda Europa hablaba francés, idioma que imperaba tanto en la diplomacia como, en general, en la vida en sociedad. Sin embargo, muy pocos saben que esa primacía echaba sus raíces en el estilo de vida que los intelectuales, artistas y artesanos que habían estudiado y que vivían en París desplegaban en el día a día con un dinamismo extraordinario. Muchos de ellos eran, por cierto, de origen extranjero.
Este recorrido temático tiene como propósito dar a conocer al visitante las múltiples facetas de ese estilo de vida que reinaba en París en el siglo XVIII.
- Una ciudad en mutación
- La vivienda parisina en el siglo XVIII
- El salón, un espacio social de representación y entretenimiento
- La intimidad en el siglo XVIII
- El comedor
- El Siglo de las Luces
- La representación de la naturaleza
- Grandes realizaciones urbanas del siglo XVIII para la posteridad
- Prolongación
En el siglo xviii, París vive una explosión económica y cultural inigualable, que se refleja en la especulación inmobiliaria y en la ampliación de la ciudad, con la creación de nuevos barrios a la moda y en los que las nuevas fortunas construirán suntuosos palacetes.
El río Sena, que cruza la ciudad de este a oeste, se convierte en un elemento central del desarrollo de la ciudad y en un espacio de innovaciones arquitectónicas. Se construyen muchos puentes que facilitan la circulación entre ambas orillas y ayudan a restablecer un equilibrio en el sur de la ciudad. En los puentes antiguos se derriban las casas. En la mitad del siglo, se construye la plaza Louis XV (hoy Place de la Concorde), que treinta años más tarde se prolongará hacia el sur mediante un puente que unirá dos de los nuevos barrios a la moda: el Faubourg Saint-Honoré y el Faubourg Saint-Germain.
La demografía parisina también experimenta un gran crecimiento: París, la ciudad más importante del reino y por mucho a principios de siglo, con 500 000 habitantes, contará 600 000 poco antes de la Revolución.
Una ciudad en mutación
Recueil Marigny
Recueil Marigny : Porte d'entrée de la cour du grenier d'abondance
Los nuevos barrios posibilitan la edificación de grandes residencias dentro de la ciudad, formadas a menudo por varios cuerpos de edificios y detrás inmensos jardines. La fachada hacia la calle, que a comienzos de siglo todavía obedecía al rigor clásico, suaviza sus líneas, que en ocasiones se vuelven curvas, y da menos cabida a los órdenes tradicionales.
En el interior, las viviendas se organizan siguiendo un plano más funcional e intimista, que se diferencia de la gran suntuosidad del siglo xvii y en el que prevalecen el confort y la privacidad. Desde un punto de vista arquitectónico, eso se manifiesta por una separación de los espacios y una nueva distribución. Las estancias tienen una función bien definida y se agrupan en apartamentos independientes. Las salas que se suceden en una sola hilera dan paso a una repartición en dos hileras.
La vivienda parisina en el siglo XVIII
Plano y sección
Trois maisons bâties par de Wailly, Architecte, Rue Pépinière.
El salón designa, en el siglo xviii, la sala de recibir en la que se concentra la vida social y, por extensión, aquellas reuniones de intelectuales en las que se debate de la actualidad literaria, filosófica o artística. El salón parisino, lugar de emancipación de la libertad de pensamiento, se convierte en el siglo xviii en una auténtica institución, en la que las mujeres ocupan un lugar destacado como árbitros del debate.
En esa época aparecen categorías de muebles específicas que combinan practicidad, comodidad y estética: poltronas, sofás y taburetes; mesas auxiliares, mesas de juego, mesas escritorio, veladores…
Los salones son un teatro social donde se expresa el lujo y la elegancia, y donde tienen gran relevancia los trajes y los accesorios como las tabaqueras o los abanicos.
El salón, un espacio social de representación y entretenimiento
Música y juegos
Trajes
Robe, jupe et pièce d'estomac de robe à la française
Robe et jupe de robe à la française
Habit
Scène rustique style Boucher
Tabaco y tabaqueras
Gentilhomme prisant du tabac
Tabatière
En la literatura del siglo xviii, las antecámaras (los boudoirs) y las cámaras de las mujeres son lugares de intriga por excelencia. La antecámara o tocador es la pieza en la que la dueña de casa recibe a su criada, a sus proveedores, a su modisto para los asuntos del vestir, del peinado o del atavío. La cámara, desde luego, es el refugio de la intimidad, aunque con sus muebles refinados y sus valiosos objetos artísticos, es también el escenario de las intrigas amorosas.
La intimidad en el siglo XVIII
Un espacio íntimo y refinado
Moda y vestido
Le Lever
Jaquette
Galantería y pasión amorosa
El comedor no existía como tal en las viviendas de principio de siglo. En vez de eso, en las salas se improvisaban mesas con caballetes. A lo largo del xviii, irán imponiéndose los servicios de mesa a medida que se desarrollan, en Francia y en el resto de Europa, las primeras manufacturas de porcelana. Los servicios de plata sigue la evolución de los estilos decorativos. Así, era costumbre recibir a invitados para cenar o para la medianoche (esta cena tardía pasó a ser un nuevo hábito parisino).
El comedor
Arte culinario: la cerámica de Sèvres
Pot à oille à fond bleu céleste
Cena social o familiar
Le Souper fin
Café y chocolate: dos placeres exóticos
Cafetière
Etui à tablettes
Los salones del siglo xviii son escenario de debates culturales que reflejan la ebullición que agita a los grandes pensadores de ese siglo, en especial a los grandes filósofos como Voltaire, Diderot o Rousseau. Madame de Pompadour les brinda su apoyo y propicia la publicación de la Enciclopedia.
El siglo xviii también vio nacer a grandes escritores y dramaturgos, como Beaumarchais, cuyas obras fueron objeto de ediciones muy valiosas, lujosamente encuadernadas e ilustradas por los mejores artistas de la época.
Leer y escribir eran dos de las ocupaciones más importantes de esos tiempos, tanto para las mujeres como para los hombres, lo cual llevó a diseñar nuevos muebles para escribir. La bata o el salto de cama se convierten, para el pensador, en la prenda de interior por excelencia.
El Siglo de las Luces
Diderot, D'Alembert y la Encyclopédie
Planche de l’Encyclopédie de Diderot et d’Alembert. Pl. 1. / Imprimerie en Lettres, L’Opération de la casse
Recueil de planches sur les sciences, les arts libéraux et les arts méchaniques avec leur explication. Tome V
Madame de Pompadour
Portrait de Madame de Pompadour
Voltaire o el espíritu de la Ilustración
Buste de Voltaire
La invención de la naturaleza cubre dos realidades en el siglo xviii. La primera, de índole artística, sigue una corriente venida de Inglaterra que promueve el retorno a la sencillez rural, al diseño de jardines más naturales, en oposición a los jardines clásicos a la francesa, y que representa la naturaleza en la pintura y las artes decorativas, en particular, en los tapices. La segunda, de índole científica, procede de las incontables expediciones organizadas, para descubrir el ancho mundo, por botánicos y zoólogos que producen numerosas publicaciones eruditas, favorecen la importación de nuevas esencias que muy pronto se utilizarán como elementos ornamentales en jardines y dan origen a una literatura de viajes, a imagen de Manon Lescaut, por ejemplo.
En el siglo xviii, París es una ciudad cuyo centro es denso pero cuya periferia alberga numerosos jardines. Hacia el oeste, en particular, la perspectiva trazada por André Le Nôtre en el siglo xvii desde el Jardin des Tuileries hasta los Champs-Elysées, que en esa época era un bosque en estado natural y más bien de mala reputación.
La representación de la naturaleza
Folies y casas de recreo: la arquitectura en los jardines
Vista de los jardines de Monceau
Jardines y sociabilidad
Caraco et jupe
L'assemblée dans un parc d'après Watteau
Vue perspective de la décoration élevée sur la terrasse du château de Versailles pour l'illumination et le feu d'artifice qui a été tiré à l'occasion du mariage de Madame Louise-Elisabeth de France avec Don Philippe Second Infant d'Espagne le Le XXVI...
Las grandes obras de modernización llevadas a cabo en París, en el siglo xviii, desde las obras urbanísticas (infraestructura vial, puentes, parcelación de los nuevos barrios, jardines, etc.) hasta la construcción de edificios prestigiosos, modificaron profundamente y de forma duradera la imagen de la ciudad.